Comer pequeñas cantidades durante el día generalmente es beneficioso para las personas con EII. Las pequeñas cantidades te ayudarán a reducir la carga en el sistema digestivo, facilitando la digestión del alimento.
Si tu EII está bien controlada y si este estilo de alimentación se adapta a tus necesidades, no hay problema. No obstante, en general es mejor comer porciones más pequeñas de forma regular. Divide la ingesta diaria en 5-6 porciones más pequeñas y come cada 2-3 horas. Esto es mejor que comer grandes cantidades con menor frecuencia. Las cantidades pequeñas te ayudarán a reducir la carga en el sistema digestivo, facilitando la digestión del alimento.
Los alimentos liquidos o en puré son muy útiles cuando se presenta una reactivación de la enfermedad. Habla con tu médico o dietista sobre la mejor forma de incluir una dieta líquida si aún no lo has hecho.
Los granos (trigo, avena, arroz, cebada) que se encuentran en el pan, la pasta y los cereales son una gran fuente de energía, fibra, vitamina B y ciertos minerales (hierro, magnesio, etc.). Los productos de granos integrales generalmente se recomiendan para la mayoría de las personas ya que contienen más fibra, vitaminas y hierro. Sin embargo, los productos integrales también pueden contener fibra insoluble, que puede ser irritante para las personas con EII, especialmente durante una reactivación de la enfermedad. En estas situaciones prueba los productos refinados y poco a poco vuelve a introducir granos enteros semana a semana. Si necesitas asesoría, por favor habla con tu médico o dietista.
Aunque las frutas y verduras son buenas para la salud, pueden agravar los síntomas (especialmente cuando hay inflamación intestinal). En lugar de eliminar estos alimentos que son necesarios en tu dieta, cuece las frutas y verduras y evita comerlas crudas.
Reduce o evita la ingesta de leche y de productos lácteos. La leche y productos lácteos (leche, crema y quesos procesados, menos en yogures enteros o bajos en grasa) pueden agravar los síntomas de la enfermedad inflamatoria intestinal. Es necesario evitarlos durante la recaída y se pueden volver a incluir gradualmente en la dieta dependiendo de tu tolerancia personal a los productos lácteos.
El pescado contiene aminoácidos esenciales y es una buena fuente de proteína. La proteína puede ser útil durante una reagudización de síntomas y durante la recuperación. Intenta comer pescados ricos en ácidos grasos omega-3 tales como el salmón y el atún.
La carne contiene aminoácidos esenciales y es una buena fuente de proteína. La proteína es especialmente importante durante una reagudización y después de la misma. Siempre retira la grasa visible y elije cortes magros y bajos en grasa.
Reduce la ingesta de grasa - las grasas pueden incrementar el peristaltismo intestinal y causar cólicos. Reducir el consumo de aceites, mantequillas, las grasas endurecidas, las margarinas, la crema, así como también los postres y las galletas rellenas puede ayudar a reducir la ingesta de grasas.
Trata de comer más alimentos recién preparados. Los alimentos preparados pueden agravar los síntomas de la EII.
Aunque los alimentos altos en fibra son buenos para la salud, pueden agravar los síntomas (especialmente cuando hay inflamación intestinal). Cocina los alimentos altos de la fibra antes de comerlos en lugar de eliminar estos alimentos necesarios en tu dieta.
Reduce la ingesta de azúcares simples - estos se encuentran en la miel, los jugos concentrados de frutas, los pasteles y los postres. Pueden causar diarrea o aumentar la probabilidad de que la tengas.
Evita los edulcorantes artificiales (en particular el sorbitol) ya que pueden causar o aumentar la probabilidad de diarrea.
La cafeína puede causar gases y agravar los síntomas de la EII, por lo tanto es mejor evitarla.
Las bebidas carbonatadas pueden producir gases y agravar los síntomas de la EII, así que por lo tanto es mejor evitarlas.
Siempre habla con un dietista o nutricionista cualificado si te preocupa tu dieta.